miércoles, 21 de octubre de 2009

EL ESCUADRÓN KAMIKAZE


Habían pasado tres largos años desde el comienzo del conflicto entre la Alianza y la tenebrosa facción anodina y fueron muchos los que cayeron. La facción anodina había conseguido progresivamente acorralar a la Alianza. Uno tras otro, los batallones de la Alianza eran aniquilados, el Sabio padre Churchill había sido vilmente asesinado y el maestro Yofra hubo de tomar las riendas de las fuerzas puristas. Mordazia y Tutelado, antaño combatientes de primera línea, pasaron a ocupar un cargo entre el círculo de los consejeros.
Con el grueso del ejército desmembrado, perseguidos y obligados a actuar en la sombra, el consejo decidió adoptar una estrategia de guerrillas. El más bravo de todos los escuadrones estaba formado por nuestro amigo Drawall (cada vez más en desacuerdo con las órdenes de los sabios del consejo), el caballero púrpura, el sureño y Jo san. El resto de escuadrones desaparecieron uno tras otro. Ya no era una guerra, era pura supervivencia.
Actuando ya de manera anárquica, totalmente al margen de la orden de los pinceles enhiestos, el escuadrón de Drawall infligía pequeñas pero constantes purgas en las amplias huestes del ejército enemigo. En tiempo de tormenta fueron luz de esperanza. Como viento divino atacaban y después se ocultaban en los bosques, y por eso fueron conocidos como “kamikaze”.
Esta situación se mantuvo durante otro año más. Los integrantes del kamikaze se hicieron viejos luchando. Aparecieron las arrugas en su piel cada vez más curtida, en sus rostros la juventud apenas se podía entrever como un recuerdo cada vez más lejano. El sureño era sin duda el más ajado de todos. Acostumbrado como estaba al lujo y a la adoración en aquella pequeña región donde tanto tiempo atrás Drawall lo había reclutado para sus filas, no se adaptaba a la vida en el bosque:
- pero ¿y ehto qué eh lo que eeeeh?- Había exclamado al verlo por primera vez.
En sus desérticas tierras sureñas jamás había visto algo igual. Tampoco bañarse en el agua del río (para él congelada) ayudaba mucho a su salud, y sus compañeros temían por su ánimo, antaño jovial y desenfrenado.
Pero siguieron adelante. Siempre dispuestos, siempre valientes, con el fulgor de la venganza brillándole en los ojos.

3 comentarios:

  1. Buah! Guapísimo!

    Esta vez te has superado Drawall!

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  2. muuuy chulo el dibu! nos lo enseñó J.A. en su Iphone y después le imploré tu dire de blogspot... y añadido quedas al mío

    un saludo... de tu vecino Pater, que conociste ayer XD

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  3. Espero que el sureño vuelva a ser lo que era, siempre gozó de buena capacidad de adaptación, por lo que he oido.

    Ánimo escuadrón, serán como los maquis!!

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