Las noches en el bosque se hacían largas, y por este motivo los intrépidos aventureros y el entrañable sureño recurrían a sandeces varias para pasar el tiempo, como por ejemplo jugar a decir el nombre de un genio de la música con el que les gustaría compartir la hoguera para amenizar la noche con unas tonadillas:

Que cojones! El de la manzana tiene razón!!
ResponderEliminarChipirón, carallo. CHI-PI-RÓN.
qué bueno XD
ResponderEliminar"J" sí que sabe!
Buenísimo, si es que has clavado dos que me sé yo... XD Aunque yo tb soy una manzana-convencida (como narices lo haces J) así que no puedo decir mucho.
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