viernes, 14 de agosto de 2009

CRÓNICAS DEL AYER

Tengo en mis manos un larguísimo poema babilónico que está considerado como la primera epopeya de occidente (y por ende el primer relato de aventuras y de viajes), muy anterior incluso a la Odisea de Homero: La epopeya de Gilgamesh. Fue escrita hace más de 3700 años por un poeta paleobabilónico. Me he informado sesudamente en la wikipedia y, aunque pueda parecer increíble, en aquellos tiempos todavía no había internet! (pero ¿es que existía el mundo antes de internet????)
Pues bien, este poema escrito en unas tablillas con tipos cuneiformes, tiene ya en el comienzo versos grandilocuentes con los que en seguida me he sentido identificado:
(refiriéndose a Gilgamesh, que tiranizaba a su pueblo) "El que ha visto lo Profundo, los cimientos del país, que conocía... era sabio en todas las cosas". (Los puntos suspensivos se deben a que ciertas partes del texto son ilegibles, lo cual no pasaría si en vez de una tablilla de barro hubiesen empleado un macbook)
(...) y continúa
"Superior a todos los reyes, heroico en su estatura, valeroso vástago de Uruk, toro salvaje que arrasa"
más adelante
"como un toro salvaje enseñoreándose, con la cabza en alto"
(...)
"Gilgamesh el alto, magnífico y terrible,/ que abrió pasos en las montañas,/ que excavó pozos en las laderas de las tierras altas, /y cruzó el océano, el ancho mar hasta el amanecer;"

Vamos, que era un tipo imponente. Y se echó a andar (no voy a explicar los motivos con detalle) en busca de la inmortalidad. Y recorrió el mundo para lograr la inmortalidad. Y se hizo viejo y sabio buscando la inmortalidad. Y como concluye Galeano: "y fue inmortal, hasta que murió"

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